A Juan Zelada le habíamos visto actuar en casi todas horas de la tarde-noche, menos a las 5 de la tarde. Con el calor que suele hacer a estas horas en el Festival Gigante de Guadalajara, fue todo un lujo para el festival (y lo que estuvimos presentes) abrir con uno de los grandes de la música negra de este país.
Como siempre, Juan divertido, encantador y simpático, y, como siempre, un concierto redondo lleno de ritmo, buena música y muchas ganas de bailar.
