Dominar un instrumento musical debe de ser una de las mejores sensaciones que puede ofrecernos la vida, ya que «hacer» música es crear magia. Por ello, quienes se dedican a ello son considerados como hechiceros, hipnotizadores, capaces de controlar y contentar a las masas para un bien común.
Hay instrumentos que se dejan domar con caricias, susurros, golpecitos, cosquillas… Pero hay uno es especial que siempre me ha fascinado, el saxofón, un aparato bastante raro a la vista aunque lo pinten de dorado. Eso sí, siempre que alguien sepa sacar de ahí sonidos magníficos, la fiesta está asegurada. Fue todo un honor poder contar para el Winter Indie City con Vanessa Collier, una de eminencia en la música en los Estados Unidos, que deleitó junto a su banda a las almas halladas en la Beat Club, muchas de ellas culminando un triplete de conciertos de viernes, sábado y domingo.
De este modo el WIC cerró con aplausos un fin de semana histórico desde la creación de este festival. El domingo la sala segoviana estaba casi llena, y prueba de ello fue que, esta vez sí, el público se animó a arrimarse al escenario atraído por la fuerza que salía de los pulmones de esta artista nacida en Dallas y ganadora este año de uno de los prestigiosos Blues Music Awards.
La tejana demostró que hay que estar muy bien preparado para dominar el saxofón, y hacer que un instrumento tan rotundo y poderoso en su sonido, pueda viajar por ritmos muy diferentes sin cojear en ninguno. Blues, rock, soul… y toda la música pura y auténtica «made in USA», pasó por el escenario de la Beat, para deleite del público, que notó la cercanía de la artista, quien se bajó un par de veces a hacer sentir aún más cerca el calor de la música de la norteamericana.
Sobra decir que una maestra como Collier siempre procura estar rodeada de los mejores, y esta vez mantuvo ese nivel al contar con guitarra, bajo y batería e lo mejor de Estados Unidos.
Segovia fue la última estación del Spanish Tour de Vanessa Collier, por eso fue una actuación que nunca olvidará, además de por haber conocido una ciudad tan bonita, a la que espera regresar pronto.
FOTOS: David López Prieto «dalopri»
