Mirando los termómetros estos días, con la que está cayendo, ponerse a pensar en el verano puede ser una terapia muy buena contra el frío. Aunque es cierto que todavía queda mucho tiempo para que agosto luzca en el calendario, la familia del Sonorama Ribera está dispuesta a ponernos las cosas más fáciles. Así, el último jueves de noviembre, cuando por las calles de Madrid los pingüinos iban con bufanda, quienes se encontraban resguardados en la Joy Eslava disfrutaron de un anticipo veraniego y musical de lo que será la vigésimo primera edición del que, para muchos, es el «festival de los festivales» españoles.
De esta manera, para poner los dientes largos a los ‘sonoramers’, se organizó una fiesta que reunió en formato acústico a Siloé, Viva Suecia, Rozalén y Xoel López, cuya presencia el año que viene en Aranda de Duero se encargó de confirmar el director del festival, Javier Ajenjo. Pero no solo ellos forman parte ya del cartel, ya que nombres como Izal, Dorian, L.A., La M.O.D.A. o Sidecars, entre otros, también participarán. Aún quedan muchas confirmaciones por delante, nacionales e internacionales (ya que en esta edición se volverá a contar con artistas foráneos) pero, lo que está claro es que el cartel está cogiendo muy buen color.
Con la Joy Eslava llena, el primer cantante en actuar fue Fito Robles (Siloé), que interpretó varios temas de su disco ‘La verdad’, entre los que se encontraban la canción que le da título, y otras como ‘Minas de sal’, ‘El Poder’, y ‘Los jóvenes mueren antes de tiempo’, como homenaje a Deluxe.
A continuación, después de desvelarse los primeros nombres del Sonorama Ribera 2018, fue el turno para Viva Suecia, que demostraron que funcionan tan bien desenchufados como eléctricos, en un acústico que sirvió para dar un enfoque más íntimo a sus canciones más conocidas, como ‘Los años’, ‘El nudo y la esperanza’, ‘Hemos ganado tiempo’, ‘A dónde ir’, ‘Permiso o perdón’ y ‘Bien por ti’. Seis perlas que emocionaron a toda la Joy Eslava.
Ya desde antes de entrar a la sala, la gente hacía sus quinielas para adivinar cuál sería el «grupo sorpresa» que anunciaba el cartel de esta fiesta. Se dijeron muchos nombres y se descartaron otros tantos (que si estos no pueden ser porque están tocando hoy en Barcelona, que si los otros tampoco porque están de gira por América…). Pero el secreto no tardó en revelarse, cuando Rozalén subió al escenario acompañada de su banda y su compañera en el arte de la lengua de signos, Beatriz Romero. Agradeciendo al Sonorama Ribera por haber confiado en ella y en su música, la manchega interpretó cinco temas, entre los que se encontraban canciones de su nuevo disco ‘Cuando el río suena…’ como ‘La puerta violeta’ y ‘Girasoles’; y otras pertenecientes a otros trabajos, como ‘Será mejor’ y ’80 veces’. Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Rozalén cantó ‘La belleza’, tema de Luis Eduardo Aute. En aquellos minutos el tiempo parecía que se hubiera detenido con toda la sala hipnotizada por la música y por los puntos brillantes que reflejaba la bola de espejos que giraba en el techo. Fue algo precioso.
Antes de que el último invitado actuara, Javier Ajenjo hizo pública cuál será la asociación con la que colaborará el Sonorama Ribera en esta edición, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que lucha por la integración en nuestro país de las personas que tienen que huir del suyo para sobrevivir. En representación de CEAR acudió Verónica Cheble, su coordinadora de Marketing y desarrollo.
Fue Xoel López a quien le correspondió cerrar la fiesta. Con su nuevo disco ‘Sueños y pan’ recién salido del horno, deleitó a sus incondicionales en un formato acústico en el que el coruñés se siente muy cómodo. Un sentimiento que logró contagiar a un público que, a pesar del poco tiempo que lleva publicado, ya se conocía la letra de canciones del nuevo trabajo, como ‘Insomnio’ y ‘Madrid’. Pero también hubo lugar para algún clásico de Deluxe, ‘El amor valiente’, un verdadero himno que coreó toda la sala; así como para dos temas de ‘Atlántico’, un par de canciones del tamaño de ‘Por el viejo barrio (plegaria)’ y ‘Tierra’.
En definitiva, cuatro miniconciertos de lujo para calentar un otoño invernal que, gracias al Sonorama Ribera, se vistió de verano durante una noche muy especial.
FOTOS: ELENA CONDE