Rozalén (LAVA, Valladolid, 03-03-2018)

El pasado sábado 3 de marzo estuvimos en el LAVA, en Valladolid para ver a Rozalén. No era la primera vez que María Rozalén acudía a Valladolid, pero si la primera que nosotros la veíamos en directo. Se notaba el sold out, ya que la sala estaba totalmente abarrotada, como nunca antes la habíamos visto.

Abría, por fin, con “La puerta violeta”, de su último disco Cuando el río suena, siguiendo con “Vivir”, tema que interpreta junto a Estopa y que es el nuevo lema contra el cáncer de mama, tras las que no dejaba claro su posición ante el feminismo. Da gusto escuchar voces que llegan a tantas personas sin miedo a posicionarse.

Al poco de comenzar, María empezó a contarnos algunas de las historias que han dado vida a este disco, relacionadas con su familia, y así empezaba con la historia de Miguel (“El hijo de la abuela”), un joven vasco detenido y mandado a Letur, donde la abuela de María lo acogió como a un hijo.

María dio un buen repaso a toda su discografía, nos cantó temas de Con derecho a…, como “Comiéndote a besos”, “Las hadas existen” en la que nos hizo bailar a toda la sala, “Para los dos” o la tan cantada y aplaudida “80 veces”. Llegaba el momento de otra historia, para mí una de las más especiales, la del tío-abuelo de Rozalén, “Justo”. María se emocionaba contándonos la historia de Justo, y yo con ella.

Rozalén también nos cantó temas de Quién me ha visto… como “Somos”, “Berlín”, “Ahora”, “Vuelves” o “Será mejor”. Y en ausencia de Kevin Johansen, los chicos de su banda la acompañaron al micrófono en “Antes de verte”.

María continuaba con sus historias y anécdotas, siempre acompañada de Beatriz Romero, (que ya nos demostró que sí que habla, por si nos quedaban dudas), una estupenda mujer e intérprete de lengua de signos que nos canta con las manos, que cuando la miras mientras escuchas a María te revuelve el alma con sus gestos. (¡¡Gracias por vuestros conciertos inclusivos!!).

Y siguiendo con las historias, nos llegaba “Amor prohibido”, una historia íntima y familiar, e igual de íntima “La que baila para ti”, en la que María cogía aire para poder seguir.

Sin duda fue una noche de historias y de conversación, porque Rozalén hablaba con el público como si así lo fuera, nos transmitía su alegría y todo aquello que la conmueve, y que por ende, nos conmueve a los que la escuchamos cantar, recitar, amar y doler. Y ya para despedir la noche, cantábamos la canción más esperada de la noche ya que se ha hecho viral, “Girasoles”, un tema cargado de buen rollo, esperanza y amor.

Gracias María por una noche de amor y magia, porque ese calor que decías tener a pesar del frío de Pucela era el de nuestros corazones, latiendo al unísono.

Crónica: Laura Lopez.

Fotografías: Iván Vicente.