Esta mañana me he despertado con unas tremendas agujetas en las muñecas y con las palmas de las manos doloridas. Al principio me preocupé, pero según me fui desperezando me di cuenta de qué venía todo esto, y me acordé de las palabras de Diego Wayne, bajista de Ánima, en el concierto de la noche anterior, donde pidió perdón de antemano al público por las agujetas que iban a tener el día siguiente de tanto aplaudir. Todo cuadraba.
Desde que se inventaron, los aplausos son un símbolo de amor, respeto y admiración hacia aquello a lo que se aplaude. Pues bien, ayer la Sala Julio Míchel se llenó de amor para acoger como se merece a los segovianos Ánima, que presentaron su primer disco, ‘Boreales’, que cuenta con seis canciones, si bien los segovianos avisaron que guardan un repertorio más amplio que dará forma a un segundo disco en el futuro.
Amigos, familiares, de Segovia y de fuera, seguidores todos de la banda, no quisieron perderse una cita en la que Ánima preparó todo hasta el último detalle. Aprovechando la oportunidad de contar con un amplio espacio escénico, el grupo lo decoró de manera que se convirtió en un salón acogedor con alfombras, lámparas, un sofá, una botella de vino blanco con unas copas, y una maleta que simbolizaba el viaje que iban a comenzar.
Cuando las luces se apagaron y la gente se sentó en sus butacas, uno por uno los integrantes del grupo fueron ocupando sus posiciones y abriendo el concierto con cada instrumento, comenzando por el bajo y siguiendo por teclados, guitarra, percusión… para acabar con la voz de Tito Valverde.
La primera canción fue Verano Brusco, no incluida en ‘Boreales’, aunque la que siguió sonando, Amantes del Valle, sí lo está, y es precisamente la que abre el nuevo trabajo de los segovianos. La noche transcurrió entre aplausos y agradecimientos. Había mucha gente de la que acordarse, por eso nadie quería que el tiempo pasara en una cita en la que nunca hubo barrera entre los artistas y el público. Todo lo contrario. De hecho Tito Valverde, que confesó haber estado más veces en el lado del espectador que en el escenario, dejó clara la importancia del público a la hora de actuar en directo.
En mitad de la actuación el cantante planteó un reto a sus compañeros, entregándoles la letra de una canción que él mismo acababa de componer para interpretarla en ese momento. Esta fue solo una de las sorpresas de una noche mágica, en la que Ánima sonó de maravilla en un recinto tan especial como la sala que lleva el nombre del creador de Titirimundi, Julio Míchel, para quien el grupo segoviano tuvo unas bonitas palabras de recuerdo.
En plena comunión musical y animados por el grupo, los espectadores se pusieron en pie cantando los coros de las últimas canciones, con especial énfasis en Pájaros de Fuego, un cierre por todo lo alto para el concierto más emocionante de la formación segoviana hasta ahora. Aún les quedan muchos como este. Muchos aplausos por recibir.
Repertorio del concierto: 1. Verano Brusco; 2. Amantes del Valle; 3. Viaje a lo Desconocido; 4. Tu Invento y mi Caso Extraño; 5. Cielo Blanco; 6. Flamencos Rosados; 7. Al Borde del Equilibrio; 8. Conclusiones; 9. Magneto Artificial; 10. Hombres Buenos; 11. Ella; 12. Pájaros de Fuego; 13. Baile de Espejos; 14. Tierra; 15. Pájaros de Fuego (bis).
FOTOGRAFÍAS: David López Prieto