Nikki Hill + The Niftys (Beat Club, Segovia, 09-11-2019)

En 1971 Don McLean creó ‘American pie’, una de las mejores canciones jamás escritas, en la que el cantautor estadounidense habló del «día en que la música murió». En febrero se cumplirán 61 años del accidente de avioneta en el que fallecieron Buddy Holly, Richie Valens y The Big Bopper. Estas tres pérdidas dejaron huérfano al rock, justo cuando estaba viviendo uno de sus momentos más gloriosos. Ha llovido desde entonces, y todavía a día de hoy nadie sería capaz de adivinar hacia dónde se encamina la música. Hay voces pesimistas al respecto, pero a aquellos que están perdiendo la fe hay que decirles que no tienen nada que temer.

Hacía mucho que la Beat Club no estaba tan llena como en la noche del viernes. Todas las entradas disponibles se agotaron enseguida para ver a The Niftys y a Nikki Hill y su espectacular banda. Al acabar esta sesión doble ofrecida por el Winter Indie City, la gente salía a la calle extasiada, sudada y muy feliz. Entre los comentarios que se oyeron hubo uno rotundo y esperanzador: «Con conciertos así el rock nunca morirá». Y es que lo que se vivió allí dentro fue algo irrepetible, una experiencia única. Porque aquella noche de principios de noviembre, en el interior de la Beat Club todos nuestros pecados fueron perdonados por obra y gracia del rock&roll.

THE NIFTYS

Se supone que la principal labor de los teloneros es la de «calentar» al público con unos cuantos temas, para que así el grupo principal que viene después evite siempre la fastidiosa fase de «romper el hielo». Por ello muchas veces estos grupos pasan demasiado desapercibidos. No fue el caso de The Niftys, que tardaron muy poco en hacer ver al público que no iban de comparsa. Cuando Anita agarró el micrófono y se puso a cantar, todos los presentes se quedaron enganchados a este grupo de Albacete que lleva en su currículum dos discos publicados y un alto porcentaje de rock en su sangre.

El frío estaba en la calle, porque dentro de la sala ya se había entrado en calor con la rotundidad de una formación joven, pero que se ha nutrido de los clásicos para dar forma a un directo en el que, incluso, tienen cabida los Beatles y Led Zeppelin. Las canciones de The Niftys no dan tregua, y son capaces de atrapar en vivo, pero también a través de sus discos. El más nuevo, que vio la luz este año, ‘Sweet Bloody Trip’ suena de maravilla.

Finalmente Anita, Toño, Fer y Ángel Luis terminaron su actuación muy emocionados por la respuesta del público de Segovia, y satisfechos por haber abierto la noche con una actuación que se recordará siempre.

NIKKI HILL

Cuando desde el Winter Indie City se anunció que este año Nikki Hill volvería a tocar en Segovia, se encargaron de poner los dientes largos a toda la familia WIC, tanto a aquellos que ya conocían a la cantante estadounidense como a quienes la descubrirían en el concierto. Este entusiasmo se tradujo en la que, para muchos, ha sido la mejor actuación que se ha visto en la Beat Club en años.

La artista nacida en Carolina del Norte es poderosa, en presencia y en voz, y de ella fluyen cada una de las esencias que conforman la historia del rock & roll en los Estados Unidos, desde la Motown de Detroit hasta lo que suena «down in New Orleans», sin olvidarse de las canciones que nacen en la frontera y circulan por las interminables carreteras y los clubes de las películas que veíamos de pequeños los niños de la vieja Europa.

Y qué decir de su banda, con kilómetros de veteranía en sus cuerdas y sus baquetas, y en unas manos que canalizaban unos sonidos tan poderosos que provocaban la más pura felicidad a quienes los escuchaban. No cabía un alma en la Beat, y Hill tuvo muy en cuenta la respuesta del público dando las gracias a Segovia, su ciudad talismán.

Había tanta energía en la sala que ya no pudieron más los fusibles y se fundieron en mitad de la actuación. Lejos de entrar en pánico, durante el breve periodo de tiempo en el que se arregló la avería, bajo la luz de las linternas de los móviles y acompañada por la batería, la cantante hizo corta la espera, echándose unos bailes jaleada por el público.

En cuanto al extenso repertorio de la noche, Nikki Hill hizo un repaso a su exitosa trayectoria, haciendo hincapié en los temas de su último disco Feline roots. También hubo un hueco para el recuerdo, con la interpretación de Breakaway, de Irma Thomas, uno de los temas favoritos de la cantante.

Pasada la media noche se encendieron las luces y se abrieron las puertas del local. Aquel no fue un viernes más. Fue el día en que el espíritu del rock tomó forma humana.