Desde la lejana Australia, el bluesman más destacado de las antípodas engrandeció aún más al Winter Indie City con un concierto que sirvió como aliciente para que los fieles al WIC tuvieran la ocasión, de nuevo, de poder cerrar la semana llenos de alegría.
Ash Grunwald eligió Segovia para continuar su gira por España, con motivo de la presentación de su nuevo álbum ‘Mojo’, el noveno disco de estudio de un músico prolífico en su obra y que ha cosechado numerosos premios en su país. Por ello había muchas ganas de escucharle, y por ello volvió a llenarse la sala Julio Míchel.
En la simplicidad está lo grande, por lo que solamente con guitarra, bajo y batería se construyó un concierto sublime. No se puede pedir más, sobre todo si a estos instrumentos se suma la voz de Grunwald, que recuerda a la de los más grandes del género. Con un «hola» el australiano abrió la actuación sin que el público se pudiera imaginar que la timidez de ese saludo iba a durar muy poco.
Y es que cuando hay tan buen ambiente en una sala el artista se siente comodísimo, por lo que el australiano se animó a derribar la barrera y a tocar su guitarra entre el público; así como hacer partícipes a todos de los coros de una de las canciones, con la ayuda del bajista para traducir al castellano algo así como «nací y moriré con un martillo en la mano».
Y es que cuando un músico rompe una de las cuerdas de su guitarra y pierde su sombrero de tanto saltar, está claro que Ash Grunwald y sus compañeros lo dieron todo en una cita de la que se esperaba mucho, y que no defraudó a nadie en una ciudad que se está convirtiendo en experta en la música blues gracias al WIC.