No ha habido nadie que haya disfrutado más de los años 90 que aquellos que a estas alturas de la vida rozan, han llegado o han sobrepasado los 40 (y no precisamente los Principales). Alguno pensará, y con razón, que los 80 fueron tiempos muy interesantes para la música, ya que los artistas de esta época bebieron de los 60 y los 70 para conseguir crear un estilo propio. Pero los nacidos en esta década o unos años antes tienen la suerte de poder tomar lo bueno de la música ochentera y anterior, madurándolas en un ambiente cultural propicio para crear grupos que se mantienen con éxito en este mundo tan cambiante y puñetero.
Uno de estos grupos es Stay, que anoche deleitó al público que se resguardaba del frío en Octavo Arte, con un concierto muy esperado y celebrado por todos, en el que disfrutaron tanto quienes estuvieron en la pista como los del escenario, contagiando en el sentido más beneficioso y musical que repasaba la carrera de las catalanes, a la vez que presentaban su último trabajo «Old sounds of modern music», en el que continúan creando un rock psicodélico de primera calidad. Un sexto LP que suena magnífico en directo, y en el que Stay se trasladó con su público a un pub de Manchester sin moverse de La Lastrilla, con sus pintas de cerveza negra autóctona incluidas.
En la tarima tocaron Jordi Bel (voz y guitarra), Joan Birulés (voz y guitarra), José Horwat (bajo), Israel Palacio (teclados) y Jordi Casals (batería)- En la noche anterior estuvieron en Madrid, también con gran éxito de público, pero tuvieron muy buenos recuerdos de su última actuación en Segovia, en 2017 y en la Sala Beat Club (Q.E.P.D.). Por ello, en una fría noche los barceloneses encontraron el calor de un público que había esperado cuatro años para volver a disfrutar de su directo.