Azkena Rock Festival (Mendizabala, Vitoria-Gasteiz, 16/17/18-06-2022)

(c) Fotos cortesía de la organización del ARF

#AlAzkenaSeVayPunto

El festival Vitoriano representa por derecho propio y en toda su magnitud el dicho “al Azkena se va y punto”, frase nacida seguramente dentro de uno de los múltiples hilos que existen, han existido y existirán en la tela de araña que es el foro azkenero, con o sin su festival.

Y como si de arañas se tratasen, año tras año ese público acude fiel a su cita a darse un festín de leyendas, bandas consagradas, jóvenes promesas e incluso alguna que otra momia casi disecada, pero da igual, porque #alzakenaseva.

Al Azkena va el auténtico, que lleva asistiendo desde la primera edición y repite por activa y por pasiva que era mejor en septiembre, va el despistado, que fue el año de Pearl Jam y se enganchó ese 2006 para siempre, también van los fanáticos populeros que vivieron el bolazo de Screamin Cheetah Wheelies y esperan revivirlo en sus carnes con alguna de esas nuevas bandas de outsiders, van los heavies de chaqueta vaquera con parches, cual muescas en su revólver, esperando su ración de metal ochentero a lo Kiss, no pueden faltar los fervientes ruteros dispuestos a escuchar a la nueva promesa de sonido de raíces americanas surgida en el profundo Sur de EEUU e incluso los que esperan que este sea el año de Neil Young (desgraciadamente el de Tom Petty ya no ocurrirá)

También van, por supuesto, esos críticos que después de llevar todo el año disparando con bala a las primeras confirmaciones, elucubrando quién será el cabeza de cartel o diciendo que el Azkena ya no es como antes. Todos ellos, el jueves a media tarde, están a las puertas de Mendizabala deseosos de
entrar, ya que compraron la entrada el año anterior cuando no se conocía ni el cartel y casi ni las fechas y por supuesto si falta alguno le pondrán falta.

Podríamos comentar del jueves que Dirty Honey dieron lo que se esperaba de ellos y que deben volver cuando estén más rodados, que el concierto de The Offspring, a pesar del lógico desgaste en la voz del cantante por el paso del tiempo, fue un regreso a nuestra adolescencia y que Toy Dolls parecen y son una verbena punk.

Del viernes además podríamos decir que Jerry Cantrell y Daniel Romano dejaron a todo el mundo satisfecho, que a Drive By Truckers les costó sacar su bolo adelante debido a algunos problemas de sonido o que The Afghan Whigs fueron simple y llanamente correctos. Que Social Distortion y S.A. iban a ser una apuesta segura lo sabíamos todos al igual que Ilegales pero había que tomarse un descanso para poder llegar al tercer día con energías.
En lo referente al sábado podríamos añadir unas leyendas como Patti Smith y Emmylou Harris por supuesto que merecían pasar por el festival, pero sumado al concierto para familias rockeras de Suzi Quatro se echó en falta algo más de energía en esos momentos cuando llevábamos mas de dos días de conciertos y el cansancio se empezaba a apoderar del personal. Energía y actitud les sobró a Dewolff y a un Michael Monroe que, a sus 60 años, hizo palidecer a muchos de los jovencitos que habían subido al escenario en las jornadas anteriores.

Pero todo esto es sólo una opinión y realmente da igual, porque la cruda realidad es que al Azkena se va, al Azkena se va a ver a los viejos camaradas de conciertos, a hablar de música nueva vieja y por venir, por supuesto a escuchar música en directo, cómo no, y hablar de cine, del tiempo y hasta de política internacional… pero sobre todo y ante todo, a sentir un estilo de música en un lugar donde se mezclan generaciones, todas llevadas por su pasión por el rock, que es la esencia del Azkena.

Esto es a lo que el festival ha acostumbrado a sus seguidores, pero no sólo eso, los azkeneros, por su parte, han acostumbrado al festival a que, llegue el diluvio universal o parezca Vitoria el desierto de Mojave, venga o no Neil Young, sean dos días en septiembre o tres en julio, les guste más o menos el
cartel de la edición y coincidan en dos escenarios a la vez sus dos artistas preferidos, todos nosotros no faltaremos a nuestra cita, porque al Azkena se va a celebrar la vida, con una cerveza en la mano, rodeado de buena música y con ganas de que llegue yá la siguiente edición. Nos vemos el 15 de junio de 2023.