Afro Blue Festival (09-09-2022, Jardines de los Zuloaga, Segovia) Día 1

Segovia demostró durante este fin de semana que es capaz de organizar con éxito un festival de música de más de un día. De esta manera, la ciudad vivió intensamente la primera edición de Afro Blue Festival, con numeroso público foráneo, que eligió Segovia para pasar el fin de semana, aunque también hubo mucha gente de casa, demostrándose una vez más que esta ciudad tiene una cultura musical extraordinaria. Dentro del bellísimo recinto de los Jardines de los Zuloaga se disfrutó de un sonido perfecto, de un césped mullido para poder descalzarse, un par de food trucks y unas barras para quitar el hambre y la sed, así como tiendas de merchandising, camisetas y discos para quienes quisieran llevarse un buen recuerdo.

¿Y qué pasa con la música? Solo decir que cuando a las 19:00 de la tarde del viernes Gisele Jackson subió al escenario con su trío The Shu Shu’s y se puso a cantar «I put a spell on you» de Screamin’ Jay Hawkins, todo el mundo se frotó las manos y pensó que, solo con esto, la entrada estba más que amortizada. La cantante de Baltimore estaba dispuesta romper el hielo con canciones propias y clásicos como «Son of a preacher man» de Dusty Springfield, dejando claro a los presentes que cantaran sin pudor los temas que se supieran y bailaran como si no hubiera un mañana.

GISELE JACKSON AND THE SHU SHU´S

El festival había apuntado muy alto en su inicio, pero este nivel se mantuvo durante toda la jornada. Prueba de ello fue la presencia de El Combo Batanga, una formación de una decena de músicos que cuidan los ritmos latinos cada vez que suben a escena. Merengues, bachatas, calipsos, boogaloos… esta orquesta con raíces cubanas reivindicó un hueco dentro de este festival tan ecléctico, que toca todos los palos. Así, con una pizca de soul alegre y reivindicativo, y unos ritmos cubanos que rompían caderas, se hizo de noche en los Zuloaga.

EL COMBO BATANGA

La luna llena acompañaba a los presentes, pequeña, pero muy luminosa, sirviendo de candil detrás del escenario. Ahora le tocaba el turno a una de las voces más poderosas del cartel, la de un reputado Big Daddy Wilson, que apostó por una mezcla de blues eléctrico y soul, recogidos en una manera de cantar muy cálida, recordando el gospel y el country que cantaba cuando era joven.

BIG DADDY WILSON

Quien todavía tenía fuerzas para quedarse iba a volver muy contento a casa. Además, el viernes noche se hizo para la fiesta, por lo que J.P. Bimeni & The Black Belts tuvo la gran responsabilidad de, con sus ritmos setenteros con un aderezo de reggae, conducir a la gente hacia la guinda del pastel del viernes. Nikki Hill ya conquistó Segovia cuando aún contábamos con la Sala Beat Club para albergar conciertos. Ha pasado ya tiempo desde aquella noche inolvidable, pero esta vez tampoco se iban a quedar cortos, ni la misma Nikki ni su banda, ya que juntos son auténticos magos del punk y del rock, sin nada que envidiar a otras mujeres como Skunk Anansie, parecidas en la forma, pero con un fondo distinto.

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