Uno de los múltiples poderes que tiene la música es el de convertir cualquier lugar en propio para cantar y tocar. Allí donde haya un par de enchufes, un micrófono y un juego de luces, solo faltarían los intérpretes para poder empezar a funcionar.
Bueno, puede que haya pecado de minimalista y se necesite algún cable más, pero después de lo vivido en la sala El Grillo Blanco, en Pelayos el Arroyo, he encontrado un ejemplo claro de que se puede disfrutar de la música en directo en un lugar con ambiente de respeto, lejos de los ruidos de la ciudad. Y si, además de la comodidad se puede disfrutar de una de las voces más bonitas y expresivas del país, la de María Blanco, acabas contagiándote sin remedio. Mäbu regresaban a tierras segovianas con más experiencia y madurez, pero sin cambiar su estilo tan onírico y orgánico que nace de la letras y la expresividad de María. En el escenario acompañaron a la cantante Txarlie Solano al bajo y teclado; y la percusionista Susi Gamboa.
El grupo nacido en Bilbao ofreció a una sala repleta varias canciones de su últimos trabajos de estudio, «Primavera» y «Otoño»; así como temas de sus primeros discos «Detrás de las luces» y «Buenaventura»; y del álbum que crearon para celebrar sus diez años de existencia, «Décimo», en el que contaron con la colaboración de varios amigos como Rozalén, Marlango, Mikel Erentxun, Izal, Iseo…, y del que eligieron la canción que cantaron junto a Jorge Marazu, «Los viajes con Sam».
También hubo tiempo para la nostalgia, ya que a Mäbu siempre le ha gustado hacer covers de temas de los 60 y 70. De esta manera, brindaron al público una preciosa versión de Sergio y Estíbaliz (los padres de María), de su canción «Piel».
Así transcurrió la noche, y se pasó del viernes al sábado casi sin darse cuenta. Tras interpretar «Los amantes», María, Txarlie y Susi se despidieron hasta la próxima, emocionados y animando a la gente a seguir yendo a disfrutar de la música en directo.
