El Winter Indie City ha encontrado un filón musical en el norte de Europa, más concretamente en Suecia, donde tienen pensado muy seriamente poner una granja de cochinillos en Estocolmo, visto lo contentos que se van cada vez que visitan Segovia. Este fin de semana fue el turno para Hellsingland Underground, un conjunto que destilaba rock and roll, pero no del que en el fondo huele a perfume barato, sino de aquel que ha conseguido hacer que Suecia suene tan fuerte en el panorama rockero universal.
Las tablas del escenario de la cervecera demostraron lo bien que están construidas. Su estructura sobrevivió al envite de seis suecos incansables, con barba a lo ZZ Top y pelo largo. Con la energía con la que se subieron al escenario, parecían un grupo de veinteañeros que iban a disfrutar y a hacérselo pasar bien al público. Pero echando un vistazo a su currículum, y a la repleta mesa de merchandising donde se vendían CDs, vinilos, camisetas, sudaderas, bolsas… servía para darse cuenta el amplio bagaje y la veteranía de Hellsingland Underground, que presentaron en Segovia su sexto álbum «Endless Optimism», en su penúltima cita de su gira por España, que se cierra en Santander.
De esta manera, el conjunto escandinavo no tuvo problemas para crear el repertorio de una noche en la que se tocaron, en una veintena de temas, varios palos del rock and roll, haciendo las delicias de un público entregado a la causa.
Así pues, con menos ropa y más cerveza de la que había en un principio, los suecos brindaron con la gente segoviana al son de «My way», cantada por Frank Sinatra, y que sirvió para que Hellsingland Underground se marchara mucho más feliz de un concierto titánico de puro rock.















