Finalmente no saltaron al escenario dos caballos jerezanos, bailando y soltando confeti al mover al aire sus crines. Ni siquiera lo hicieron sus sustitutos, un par de caniches entrenados para la ocasión. No hizo falta […]

Finalmente no saltaron al escenario dos caballos jerezanos, bailando y soltando confeti al mover al aire sus crines. Ni siquiera lo hicieron sus sustitutos, un par de caniches entrenados para la ocasión. No hizo falta […]