Rubén Pozo & Lichis (Beat Club, Segovia, 05-04-2019)

Finalmente no saltaron al escenario dos caballos jerezanos, bailando y soltando confeti al mover al aire sus crines. Ni siquiera lo hicieron sus sustitutos, un par de caniches entrenados para la ocasión. No hizo falta que el concierto se cerrase de esta manera tan espectacular y extravagante, ya que Rubén Pozo y Miguel Ángel Hernando ‘Lichis’ se valieron de su mera presencia y su colección de instrumentos para llenar el escenario de una Beat Club que quiere morir matando y que se resiste a dejar que la demuelan, regalando a sus fieles noches tan sabrosas como esta.

Pozo y Lichis, Lichis y Pozo, hicieron ver que su reciente matrimonio musical bautizado como «Mesa para dos» está siendo muy satisfactorio y productivo. En plena gira de este proyecto tan bonito para ambos, pararon en Segovia venciendo a la amenaza de nieve. Afortunadamente la meteorología no estropeó el concierto y la gente se animó a acudir a la Beat, si bien más de uno debería haberse quedado en su casa (o en un bar) para hablar a voces y beber sin molestar a los músicos y al resto de personas sensatas de la sala.

Es genial ver cómo dos artistas aparentemente tan distintos consiguen complementar sus canciones y sonar tan bien. Así funciona este espectáculo de «Mesa para dos», cuando uno canta el otro le acompaña a las cuerdas y a los coros, mezclando maestrías textuales e instrumentales que dan forma a algo digno de vivir en directo.

Canciones de Pozo como «Habrá que vivir», «La chica de la curva», «Llámame brisa», «Guitarra española», «Lo que más», «Santa Rita», «Chatarrero», «Chavalita» o «T-Rex» formaron el repertorio junto a temas de Lichis como «Cazador de mariposas», «Bicha», «Tinkiwinki», «Ruido», «No soy París», «Salir a asustar», «Teloneros, «Horas de vuelo», «Tics raros» o «Tal vez Buenos Aires». También se incluyó un tema nuevo, que da nombre a esta gira («Mesa para dos») y que próximamente formará parte de un disco.

Entre tema y tema Lichis fue el portavoz de un dúo en el que él se encargaba de contar las anécdotas, las historias de las canciones… Mientras que Rubén, más tímido, le cedía el protagonismo a su compañero a la hora de hablar, tratando temas como los amores fallidos, la historia de cómo llegaron a la capital, la de su guitarra Mari Carmen, la de su psicoanalista preferido (otra de sus guitarras), o en cómo iban a celebrar un fin de fiesta por todo lo alto, con los citados caballos y perrillos.

FOTOS: David López Prieto



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