Albert Vilà director de ‘Bitels para Bebés’: «“Buscamos una propuesta adulta donde haya un espacio de respeto también para los niños; sin edulcorar ni buscar caminos fáciles”»

La Petita Malumaluga lleva girando por teatros y salas con ‘Bitels para bebés’ más de tres años y hoy domingo, 18 de febrero, llevarán a cabo tres representaciones (16:00, 17:00 y 18:00 horas) en el Teatro Juan Bravo con todas las entradas vendidas. Se trata de una propuesta original que combina música en directo y danza, y que permite la entrada al escenario a niños de entre 0 y 3 años.

Esta es la entrevsta que nuestra amiga Ana Vázquez ha hecho a Albert Milá, director de ‘Bitels para bebés’

 

LA ENTREVISTA

En la Petita Malumaluga están acostumbrados a crear espectáculos para niños un poco diferentes a los espectáculos habituales para este tipo de público; ¿experimentan ustedes con ellos o ellos con ustedes?

Al final es una propuesta común; estamos todos en el escenario y se trata de que nosotros tengamos el control. Si tienen el control absoluto los niños, mal vamos, pero participamos los dos actores, tanto el público como los intérpretes.

 

¿De qué idea parte ‘Bitels para bebés’?

La idea parte de la necesidad de poder disfrutar de un concierto adulto, de buscar unas formas no infantilizadas. Buscamos una propuesta adulta que se pueda compartir con toda la familia y donde haya un espacio de respeto también para los niños; pero sin edulcorar ni buscar caminos fáciles, sino buscando un camino honesto que a nosotros nos interesa artísticamente. Lo respetamos artísticamente y nos sentimos orgullosos también; a partir de esta honestidad, buscamos comunicar.

Con los Beatles buscábamos también una parte de universalidad; además nos permitía la capacidad de que las melodías tuviesen mucha fuerza para poder trabajar la propuesta con esta universalidad.

 

En realidad no es exclusivamente para bebés…

Sí, lo que ocurre es que nosotros hemos aprendido, de la experiencia con bebés, que lo que necesitas es dejarles espacio; no tiene sentido un bebé en una butaca. Por eso a los bebés los dejamos entrar si les apetece. A los mayores es imposible dejarlos entrar, pero sí que vienen y disfrutan también. No hay diferencia porque no se trata de un lenguaje específico para bebés… si es que existe ese lenguaje.

 

Cuando se refiere a dejarlos entrar, ¿habla del rectángulo que constituye el escenario?

Sí, exacto; el público se sitúa alrededor nuestro y dejamos que los niños de 0 a 3 años se muevan por el espacio escénico. Los mayores tienen que quedarse fuera por permitir también a los pequeños disfrutar de ese espacio.

La petita malumaluga _ La compañía 2018 4

Los Beatles tienen un repertorio amplísimo, ¿en qué factores se basa su elección de temas?

En realidad, la propuesta parece que sea puramente un concierto y no queremos que sea únicamente un concierto. La música es el hilo conductor, pero nosotros somos compañía de danza y de música; somos bicéfala. Todo está muy coreografiado y hay muchas escenas, luces, está todo muy trabajado; no estamos únicamente tocando un repertorio. A veces nos han pedido en teatros en los que repetimos si podemos hacer un repertorio diferente, pero es complejo y no lo hacemos porque necesitamos unos arreglos especiales, al tratarse de un formato que no es puramente musical.

 

Y sobre esas canciones, ¿han elegido porque a la danza le viniese mejor o porque las melodías fuesen más adaptables a los niños?

No, el hilo conductor siempre es porque nos gusta; porque si no, el público es inteligente y los niños más. Si no estamos a tope y disfrutando de lo que hacemos… Si no nos gusta realmente lo que hacemos, no funciona y lo perciben muy claramente.

La propuesta busca tener un repertorio variado, pero sobre todo que sean canciones que nos apetecen y nos gustan, y que nos den un poco de color. Si hay un swing o distintas orquestaciones -más lento, más rápido- también nos funciona por diversos elementos. Pero básicamente se trata de canciones que nos tocan la fibra de alguna manera.

 

En este espectáculo los niños tienen ocasión de interactuar con los intérpretes; después de más de tres años con ‘Bitels para bebés’ ¿veis alguna reacción común entre los más pequeños?

La verdad es que los niños son bastante parecidos. Tenemos la suerte de girar por todo el mundo y son bastante parecidos en todas partes. Lo que cambia es la relación de los adultos con los niños. En espacios más conservadores acaba pasando al revés, que cuanto más aprietas, a veces, explotan por sitios más diferentes. En espacios más respetuosos, con poblaciones o ambientes más respetuosas, los niños se acercan de otra manera; sobre todo tiene que ver con la relación que tienen con el adulto.

En función de cómo están los adultos, si están tensos, relajados, si dejan hacer o no, se produce un tipo de espectáculo u otro porque hay un ambiente totalmente diferente. Es una de las partes que más nos gusta; al haber tanta interacción cada función es totalmente diferente y cada población es totalmente diferente.

 

¿Y entre los padres cuál suele ser el comentario más común una vez visto el espectáculo?

Desgraciadamente aún hay pocas propuestas que puedan incluir este tipo de público y sí que se venden entradas muy rápidamente; hay un interés muy importante. Los padres agradecen que puedan disfrutar tanto unos como otros, en un espacio cómodo y relajado. Esa parte es la que más nos valoran y lo que ves cuando salen con esa chispa en los ojos; la sensación de que han pasado un buen rato.

 

Cuando uno lo vende todo con una propuesta así, ¿qué conclusiones saca?

Yo siempre he animado a compañeros y a otras compañías; hay una necesidad y una voluntad para apostar por este público y nosotros nos sentimos afortunados de tener tanto trabajo. Estamos girando cuatro propuestas por todo el mundo y nos sentimos afortunados.

Creo que aún hay una falta de programación para este tipo de público, pero por desconocimiento; al final la gente va repitiendo y cada vez hay más propuestas y más interés por parte de los teatros. Ese interés va siendo paralelo al de las compañías.