El primer día del mes de marzo fue un jueves espantoso en Madrid. Vientos huracanados rompían ramas de los árboles, hacían caer lonas y tambalear andamios de los edificios, y por si fuera poco llovía a cántaros. Pero hubo un lugar en la capital en el que el tiempo (cronológico y meteorológico) dejó de tener importancia y la música sirvió como portal de escape hacia la felicidad.
Porque el pasado jueves La Riviera volvió a ser la casa de Xoel López, y en ella un buen número de invitados disfrutaron de la presentación de su nuevo trabajo ‘Sueños y pan’, que completa una trilogía maravillosa junto a ‘Atlántico’ y ‘Paramales’, de la que es muy complicado elegir un favorito.
De lo que no hay ninguna duda es que, quien vaya a cualquier concierto del coruñés, se va a encontrar con un exquisito amor por la música en cada detalle. Esto lo demuestra de la misma manera cuando se planta a solas en el escenario, como si fuera un hombre orquesta, o cuando lo hace acompañado. Pues bien, en la cita madrileña Xoel se rodeó de una banda espectacular de seis componentes, contando con uno de los mejores músicos de España como es Charlie Bautista; y con un fichaje estrella, el de la joven cantautora Alice Wonder. Fue una estupenda sorpresa verla ahí arriba frente a uno de los teclados, demostrando que es una artista enorme.
Ya desde antes de que comenzara el concierto, al ver colocados todos esos instrumentos sobre el escenario, se podía apostar sobre seguro a que aquello iba a sonar muy bien. Y así fue, dándole una especial importancia a la percusión, con toda la banda colaborando a que fluyeran esos sonidos tan tribales que suelen acompañar al coruñés, con incluso más presencia en su último trabajo. Pero tampoco se descuidaron los teclados, ni las guitarras, ni la aportación de Charlie Bautista con el saxo o la mandolina. Porque todos colaboran con todo, desde hacer los coros hasta tocar el triángulo. Esta implicación de la banda, además de su demostrada calidad musical a nivel individual, hace que los conciertos de Xoel López sean espectaculares.
Al igual que hace en el disco, ‘Jaguar’ fue la encargada de abrir una actuación en la que se mezclaron temas de ‘Sueños y pan’ con una selección de canciones de ‘Atlántico’ y ‘Paramales’, así como el habitual guiño a Deluxe con ‘Reconstrucción (El mejor momento)’ y ‘El amor valiente’. Esa noche hubo hueco para estrenos en directo, como el de ‘Frutos’; y homenajes a su tierra natal con dos canciones en gallego, la recién nacida ‘Serpes’ (con la que se despidieron antes de tocar los bises) y otra con más trayectoria ‘A serea e o mariñeiro’. También se recuperaron temas que hacía tiempo que no se interpretaban, como ‘El asaltante de estaciones’; y se vivieron recuerdos despertados por el aliento del público cuando coreó el nombre de su ídolo con un cántico que, precisamente, nació en la sala La Riviera hace ya unos cuantos años.
Esa noche, mientras afuera retumbaba el diluvio, en el local madrileño se bailaba al ritmo de ‘Hombre de ninguna parte’ o ‘De piedras y arena mojada’ (que puso el broche al concierto); se cantaba con toda el alma ‘Cometa’ o ‘Todo lo que merezcas’; y se veía caer alguna lágrima de emoción con la eterna ‘Tierra’. El público estaba deseando ver de nuevo a Xoel López y los suyos sobre el escenario de una sala, y el de La Coruña supo leer muy bien este mensaje, sin dejar ni una gota de sí mismo guardada para más tarde. Aquel era el momento, y todos lo supieron valorar. Cuando las luces se encendieron y salieron a la calle ya llovía menos.
REY LOBO
Antes de que Xoel entrase en escena, Rey Lobo brindó al público la oportunidad de escuchar sus canciones, de un estilo intimista, pero vestidas con un fondo electrónico que las hace casi hipnóticas. Una bella propuesta musical llegada desde la prolífica región Murcia.
FOTOS: Elena Conde
