Dos famosos cantautores y poetas, Marwan y Luis Ramiro, se juntaban en el gran Teatro Juan Bravo enmarcando su actuación en la última jornada del Hay Festival en Segovia, por el que, además de música, también han pasado conocidos escritores como Ken Follett.
Marwan, con cuatro discos en el mercado y que ya colgó el cartel de entradas agotadas hace cinco meses en esta ciudad, volvió con tanta ilusión como el primer día. Pero esta vez lo hizo acompañado de uno de sus mayores referentes y, lo más importante, un fiel amigo encima y debajo del escenario, como él mismo nos contaba.
Por la otra parte, pudimos ver a un Luis Ramiro feliz de poder sumar una nueva ciudad más a sus espaldas dedicándose a lo que más le gusta y es que es de esas personas que, aunque se subió por primera vez a un escenario con 25 años, tiene las mismas o más ganas que aquel día y todavía conserva ese brillo en los ojos que tan especial le hace. Es de esas personas que se dejan la piel en lo suyo, ya sea cantando en grandes festivales como el Mediatic Festival de Alicante compartiendo cartel junto a Melendi o Los Delinqüentes, o en un pequeño bar con menos de cincuenta espectadores.
Como no podía ser de otra manera, también hubo hueco para momentos especiales en una tarde que transcurría entre canciones y poemas, y es que solo ellos podían emocionar de esa manera nuestro teatro abarrotado de gente. Primero fue el turno de Marwan con su inconfundible poema “La más bella historia” en el que cuenta cómo se conocieron sus padres, un joven palestino y una joven de Soria. A este le siguió Luis Ramiro con el poema dedicado a su abuela y su canción “La Sirena”.
Y es que… no podía ser mejor, el domingo acababa en Segovia con música. Y lo hicieron con la famosa canción “Perfecta” compuesta por Luis. Los dos artistas entonaron esta canción en forma de despedida, que fue seguida de un cálido aplauso de ese público tan entregado.
Los dos se despedían emocionados por ver que, una vez más, gente de todas las edades, desde menores de edad hasta parejas de más de 70 años o familias enteras, habían confiado en ellos para pasar una tarde diferente y divertida. Y así fue como nos hicieron llegar uno de esos mensajes que no deberíamos olvidar y es que tenemos que luchar por nuestros sueños cada día y no rendirnos, porque los sueños se cumplen.