Dómisol Sisters (Teatro Juan Bravo, Segovia, 21-12-2019)

Dómisol de película

Seguro que saben a lo que me refiero si les hablo de esas películas americanas de preludio de Guerra Mundial; marines a punto de dejar a sus familias, otros apurando sus últimas balas para disparar en el corazón de alguna bella dama de labios rojos, cara pálida, mejillas sonrosadas y rulos envolviendo un peinado perfecto. Los salones de baile acogen los últimos pasos previos a la despedida. También valen aquellas películas en las que, ya con Estados Unidos desafiando miradas horizontales, varias enfermeras de cofia y vestido blanco esperan en grupo la llegada de los heridos. Ahora traten de encender en su cabeza una radio de aquella época. Una de esas de madera con no más de tres botones redondos. Pongan sonido a esas escenas.

Si no logran hacerlo, es que ayer no estuvieron en el Teatro Juan Bravo de la Diputación escuchando a Dómisol Sisters; un grupo de esos que, en medio del ruido de tanto trap, atrapan con la sencillez de tres voces en armonía y la complejidad de las notas y los ritmos inalcanzables de un trío de músicos, Simone Zaniol a la batería, Javi Pérez al bajo y Eduard Marquina al piano, que merecen mención aparte. Especialmente éste último, que hizo correr sus manos y saltar sus dedos sobre las teclas de tal manera, que, si los oídos parpadeasen, habrían desestimado la idea de inmediato. Sólo por verlo multiplicar las notas de ‘Noche de paz’ en una versión exquisita de la melodía y escucharlo enlazarla con otra proliferación de notas del ‘Feliz Navidad’ mereció la pena la velada.

Las Dómisol Sisters sabían del protagonismo y la importancia de sus ‘brothers’ en el espectáculo y, tal vez por ello, salieron al escenario sin apenas darse importancia; como si ellas, en lugar de las vocalistas, en lugar de las caras visibles del nombre del grupo y del concierto, fueran las backliners, las encargadas de que todo sobre las tablas estuviese en orden. Entonces empezó a sonar la música y, en el mismo momento en que sus voces empastaron por primera vez, los focos se centraron en ellas. Durante todo el concierto, las luces variaron su posición en función de si el protagonismo en la melodía era para ellos o para ellas, quienes, primero con sus faldas de flores y su camisa blanca y después con sus vestidos azules de lunares blancos, no dudaban en acompañar sus voces de distintas coreografías que, sin hacerles llegar al nivel de bailarinas profesionales, les permitían interpretar de forma exagerada el significado de las letras y completaban de forma divertida el concierto.

Desde el ‘When I get low, I get high’ de Ella Fitzgerald hasta el ‘On the sunny side of the street’ de Louis Armstrong, pasando por el ‘Straighten up and fly right’ de Nat King Cole o una graciosa puesta en escena del ‘Let’s call the whole thing off’ que popularizaron Ella Fitzgerald y Louis Armstrong; las Dómisol Sisters disfrutaron sobre el escenario del Teatro Juan Bravo e hicieron disfrutar a un público que sólo se mostró tímido a la hora de acompañar con palmas las melodías. Y es que, en la árida Castilla, no es lo mismo dar palmas siguiendo el ritmo del pop, que darlas siguiendo el paso y los rápidos cambios de baquetas y escobillas del swing. El concierto tuvo una segunda parte repleta de grandes versiones de las mejores canciones de Navidad con acento americano y los espectadores se despidieron, agradeciendo las pequeñas explicaciones ofrecidas por las tres vocalistas sobre el porqué de los temas elegidos. Al final, y entre el ‘It’s beginning to look a lot like Christmas’ y el ‘White Christmas’, la película pareció cambiar de la Gran Guerra a esos filmes llenos de paz, nieve y grandes ventanales en los que la Navidad llama a la puerta para aparecer por sorpresa.