Isabel Pérez Dobarro: «Nuestro papel como músicos debe ser el buscar el acercamiento de la música clásica a distintos públicos más allá del que acude semanalmente a los conciertos.»

Isabel Pérez Dobarro ha desarrollado su carrera concertística en los Estados Unidos, España, Rusia, Bélgica, Italia y Portugal. Ha actuado en algunas de las más importantes auditorios de todo el mundo. Isabel ha recibido numerosos premios en competiciones internacionales y además, ha tocado en festivales internacionales tales como Música en Compostela, Gijón International Piano Festival, SICPP y Stony Brook Piano Festival (donde fue galardonada con el Jorge Bolet Distinguished Performer Award).

Recientemente fue seleccionada para tocar en el Concert for a Sustainable Planet en Carnegie Hall junto a músicos de la New York Philharmonic y el legendario chelista Yo-Yo Ma. En enero del 2018, interpretó como solista las Variaciones Sinfónicas de César Franck con la Real Filharmonía de Galicia dirigida por el Diego Masson.

Isabel ha impartido masterclasses en el CMUS Peleteiro y el New York University Undergraduate Collegium y ha sido jurado del Westchester Concert Auditions Competition.

Asimismo, ha realizado conferencias en el Nobel Peace Prize Forum, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el Parlamento Europeo dentro del European Arts Forum, I Jornadas Sostenibilidad e Instituciones Culturales, El Camino de Santiago y los Derechos Humanos, Universidad de Michigan, Universidead IE en Madrid, Universidad de Vëchta, Universidad de Columbia en Nueva York, Augsburg University, New York University, Carnegie Hall y la Casina Pio IV en el Vaticano, entre otros.

En el año 2016 organizó el Festival Granados: Composer, Pedagogue, and Virtuoso de New York University, una serie de conferencias y conciertos sobre Enrique Granados, donde realizó el estreno mundial del Concierto Patético en su transcripción para quinteto de cuerdas del compositor Sergi Casanelles.

Isabel dirige también la iniciativa de UN SDSN-ˇYouth Arts Twenty Thirty que combina las artes y la sostenibilidad mediante la organización de eventos en todo el mundo y la promoción del arte relacionado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En el año 2016, junto a la mezzo-soprano Anna Tonna, Isabel Pérez Dobarro ganó el premio New York Women Composers Seed Grant para la realización del Proyecto Women in Music, iniciativa que promueve la música compuesta por mujeres tanto en Estados Unidos como en España. El proyecto consiste en dos conciertos anuales (uno en el International Institute de Madrid y otro en el Lincoln Center de Nueva York) donde se presentan obras exclusivamente compuestas e interpretadas por mujeres con el fin de lograr visibilidad e igualdad de género efectiva dentro de la composición en la música clásica. La New York Philharmonic colabora en este proyecto a través de su Very Young Composers Program.

A sus 26 años, Isabel Pérez Dobarro está realizando su doctorado en la New York University (PhD). En esta misma universidad ha impartido clases desde los 19 años como Instructora Adjunta. Previos estudios incluyen un Professional Studies Degree en la Manhattan School of Music estudiando con el Dr. Solomon Mikowsky, un Máster en la New York University estudiando con el Dr. José Ramón Méndez y el Grado Superior de Piano bajo la dirección de la Dra. Elena Orobio en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid donde recibió el Premio de Fin de Carrera a los 18 años de edad.

El próximo 15 de Julio a las 12:30h en La Alhóndiga (Segovia), la pianista y representante en la ONU – SDSN (Sección de juventud) Isabel Pérez Dobarro ofrecerá la conferencia-recital «Arte y sostenibilidad», y a las 13:30h, en la Casa de la Lectura, inaugurará la exposición «17 objetivos para mejorar el mundo» en la jornada inaugural del festival MUSEG 2018 de Segovia.

Nuestro compañero Josechu Egido ha hablado con Isabel para conocerla un poco más y saber de sus planes de futuro.

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LA ENTREVISTA 

Isabel Pérez Dobarro empezó su carrera musical muy joven, apenas siendo una niña. ¿Por qué el piano y no otro instrumento musical?

Mi hermana tocaba el piano (hizo hasta el octavo curso del Plan 66) y siempre la escuchaba tocar. También mis padres, aunque no son músicos, nos inculcaron un gran amor por el repertorio pianístico.

 

¿Cómo es ser músico profesional? ¿Cuántas horas diarias se pueden llegar a dedicar al estudio? ¿Cuál es el panorama actual para un músico solista?

Ser un músico profesional implica una gran dedicación y compromiso. Dependiendo de mi agenda puedo estudiar de 4 a 5 horas diarias. Esta actividad se intensifica antes de un concierto importante, sin embargo, lo esencial es la calidad del tiempo de estudio más que la cantidad de horas. Considero que la música clásica es un campo muy competitivo donde existe un altísimo nivel técnico y por lo tanto la preparación es esencial.

Creo que los músicos solistas de hoy en día han de buscar en primer lugar la singularidad, un sonido y una forma de tocar características y únicas que lo identifiquen. En segundo lugar, el músico ha de volcarse en la comunicación de emociones y significado de la partitura. Y por último, considero que tenemos la obligación de extender la música clásica a todos los ámbitos de la sociedad y defender su enseñanza a los más jóvenes como una parte fundamental de su educación. Creo que la música aporta valores de inclusión, disciplina, creatividad y de diálogo que son esenciales tanto para la formación del carácter individual como para la sociedad en su conjunto.

 

A parte de una excelente técnica y posición ¿qué tiene un músico excelente sobre el escenario?

Ha de tener la capacidad de emocionar, de evocar una determinada atmósfera, de transmitir sentimientos. La técnica es solo un medio para hacer realidad la idea que tenemos de la obra en nuestra mente y para poder transmitir con la mayor fidelidad posible la voluntad del compositor. El fin último es el reflejar el significado de la pieza y despertar en los oyentes, emociones.

 

En más de una ocasión oímos que el instrumento es un órgano más del músico ¿Qué piensas al respecto? ¿Cómo se transmite sin hablar con palabras en un concierto?

Existe mucha investigación sobre la semiótica musical o la existencia de símbolos en estructuras armónicas, tonalidades, ritmos, géneros (marchas militares, imitación del sonido de las campanas, figuras retóricas como el suspiratio, entre otras…). Los compositores emplean estos códigos con el fin de transmitir significados conocidos por el público. Muchos de éstos se han perdido con el tiempo, pero otros perduran hasta nuestros días y se han de enfatizar. Asimismo, muchas piezas tienen un programa o argumento o se relacionan con obras literarias o pictóricas (Los Cuadros de una exposición de Mussorgsky, por ejemplo).

Existen cuestiones técnicas también de balance de las voces, pedalización, uso de determinados colores, que pueden proyectar distintos caracteres. El pianista ha de jugar con todos estos recursos.

Por supuesto, en todo ello se aprecia un grado inmenso de subjetividad. Al margen de la idea que el pianista pueda tener de la obra, el oyente está condicionado también por sus propias experiencias, por cómo se encuentra ese día o por el hecho de que haya escuchado o no más obras de ese estilo o compositor.

En todo caso lo que siempre ha de tener el músico es intención a la hora de transmitir o proyectar una idea, pues sin ella, la interpretación estará inerte y carecerá de interés.

 

¿Hay diferencias entre un músico profesional dedicado a la música clásica y un músico profesional dedicado a la música ligera?

Sí, existen. En gran medida provienen de la distinta educación que recibimos. Al músico no clásico, se le enseña desde la improvisación, por lo tanto su manera de ver la música parte de la creatividad y selección de determinados patrones tanto melódicos como armónicos. En el caso de los músicos clásicos, en particular el de los pianistas, la improvisación se considera una facultad secundaria, enfocándonos más en el análisis e interpretación de obras existentes. Esto no siempre fue así, pues en el siglo XIX todo concertista componía también (véanse los casos de Liszt, Chopin, Gottschalk…). Creo que en el piano clásico deberíamos retornar a esa combinación. Por supuesto, el perfeccionamiento técnico, el grado de profundidad y complejidad y el cuidado por el sonido que se ha alcanzado en la música clásica es un referente para otros géneros.

 

¿Qué vamos a disfrutar en tu concierto-recital “Arte y sostenibilidad» en el festival MUSEG de Segovia en la jornada inaugural de esta edición 2018?

Hablaré de mi experiencia como representante en la ONU de la organización SDSN-Youth, y en particular del trabajo que desarrollamos en Arts Twenty Thirty, una iniciativa que busca concienciar sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible aprobados por la ONU en el año 2015 y buscar soluciones para su implementación a través de las artes. Además de obras de compositores de la red Arts Twenty Thirty incluiré piezas del proyecto Women in Music que está en consonancia con el tema del festival, el ODS 5 de la igualdad de género. En la iniciativa Women in Music que desarrollo junto a la mezzosoprano Anna Tonna reunimos obras de mujeres compositoras de Estados Unidos y España, que posteriormente presentamos en Nueva York en el Lincoln Center y en Madrid en el International Institute anualmente. Colaboramos en este proyecto con la Filarmónica de Nueva York a través de su Very Young Composers Program. Interpretaré una pequeña muestra de este trabajo.

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¿Puedes contarnos alguna anécdota en algún concierto? ¿Cuál es el sitio más exótico donde has actuado?

No sé si el más exótico, pero sin duda uno de los más curiosos ha sido Shreveport en Luisiana. Acostumbrada a ciudades como Nueva York donde vivo o Boston a través de mis estudios en Harvard, el Sur de Estados Unidos supuso para mí un cambio considerable. Fue muy interesante conocer una sociedad tan diferente a la que se ve en las ciudades.

 

En muchas ocasiones se echa en falta la presencia de público joven en los auditorios ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué se puede hacer?

Creo que es fundamental la educación. En mi caso, mi interés viene por mi familia, donde todos son melómanos y me han llevado a conciertos desde los cuatro años de edad. Esa exposición temprana a la música clásica unida a iniciar una formación musical desde pequeña me han llevado a amar la música. De este modo la música no se convirtió para mí en una imposición sino en una manera maravillosa de expresarme. Además de en el núcleo familiar, la música debe enseñarse en los colegios de una manera práctica. En las escuelas de Estados Unidos existen bandas o coros en las que todos los estudiantes participan. Con ellas se genera un sentimiento de comunidad y de inclusión a través de la música que no es posible en enseñanzas que ponen el énfasis únicamente en la adquisición de conocimientos teóricos. Reducir la música al solfeo sin permitir que el niño experimente tocando un instrumento y se divierta disfrutando al tocar una obra en grupo, puede llevar a que los estudiantes rechacen la música clásica ya desde pequeños.

Nuestro papel como músicos debe ser el buscar el acercamiento de la música clásica a distintos públicos más allá del que acude semanalmente a los conciertos. Existen hoy en día muchas iniciativas que llevan la música a museos, hospitales, plazas, escuelas, que sacan a la música clásica de los teatros. Sin necesidad de cambiar la esencia ni la calidad de lo que se interpreta se busca conectar con distintos oyentes. La interdisciplinaridad entre las artes puede ser otra vía. O la inclusión de las artes en otros ámbitos. Como mánager de SDSN-Youth Arts Twenty Thirty uno de nuestros objetivos es que los artistas participen activamente en conferencias de alto nivel relacionadas con el desarrollo sostenible y que la música clásica suene, no como entretenimiento, sino como representación cultural esencial necesaria en cualquier foro de estas características.

 

¿Cuáles son tus planes para el resto del 2018 y comienzos del 2019? ¿Algún concierto importante? ¿Festivales? ¿Salidas al extranjero? ¿Eventos importantes? ¿Grabar un nuevo disco quizás?

2018 y 2019 vienen cargados de proyectos muy ilusionantes. Después de Segovia participaré en la Bienal de la Música Contemporánea de Luque tocando un programa de mujeres compositoras, después interpretaré un recital de música española en los prestigiosos cursos de Música en Compostela el 7 de agosto y ya de vuelta en Nueva York un concierto en el Carnegie Hall el 26 de septiembre, actuaciones en el Foro de Premios Nobel de la Paz, una nueva colaboración con la Premio Nacional de Música Rosa Torres-Pardo, una actuación en Harvard University y una nueva edición del proyecto Women in Music con conciertos en Madrid y Nueva York, entre otros. El evento más ilusionante que tengo a nivel personal en 2019 es el Festival Rodrigo en Nueva York que organizaré en noviembre. Incluirá conciertos en colaboración con instituciones muy importantes de la ciudad.

Además, ahora en julio grabaré mi primer disco junto al fantástico violonchelista Antonio Martin.

 

¿Cuál ha sido tu mejor momento / recuerdo en la música?

Mi mejor recuerdo fue, sin duda, cuando toqué en la sala grande de Carnegie Hall, el Stern Auditorium. Es la mejor acústica que he encontrado y por supuesto tienen un piano excepcional. Este año será la cuarta vez que tocaré en Carnegie.

 

¿Cómo es un día normal en la vida de Isabel? ¿Cómo combinas dos facetas profesionales como es el piano y ser representante en la ONU?

Muy intenso y con gran cantidad de actividades. Nueva York te ofrece oportunidades únicas. Trato de dividir mi día en reuniones, tocar el piano, mis estudios de Harvard y mi tesis doctoral. La mayoría de los días tengo un evento, o bien una conferencia relacionada con la sostenibilidad, o un concierto, o una charla-ponencia, o cenas en alguno de las organizaciones de las que formo parte: Harvard Club, Americas Society, Young Patrons Alliance, etc. Realizo también varias actividades como miembro del Comité Ejecutivo del Piano Teachers Congress of New York y Chair de su Honors Program y como presidenta del Beta Pi Chapter de Organización Internacional de Educación Kappa Delta Pi.

 

MISCELÁNEA

¿Podrías recomendarnos…

 

…un libro?: “Rayuela” de Cortázar

…una película?: Cualquier película de Billy Wilder.

…una obra?: “La rapsodia op.79 n.1” de Brahms.

…un álbum?: EMI sacó una colección en el 2008 de todas las grabaciones de Dinu Lipatti. Siete CDs maravillosos e imprescindibles. 

…un solista?: Martha Argerich.

…una afición?: El cine.