“Sueños y Tormentas” (Buenaventura, 2018), es la nueva aventura en la que se embarca en solitario Fino Oyonarte, un disco que se aleja de todo lo anterior y que sorprende tanto por su sencillez como por su madurez compositiva.
Fino Oyonarte ha dedicado más de la mitad de su vida a la música en cuerpo y alma. Sobradamente conocido por ser el bajista de Los Enemigos, también ha tenido proyectos como Clovis o Los Eterno y es igual de respetado por su trayectoria como productor de emblemáticos discos de grupos como Lagartija Nick o Los Planetas, entre otros.
“Sueños y Tormentas” ha sido producido por César Verdú y Fino Oyonarte y grabado y mezclado en Estudio Uno por Pablo Pulido «Babe» y César Verdú. La masterización corrió a cargo de JJ Golden en Golden Mastering, Ventura CA.
Nuestro compañero Josechu Egido ha hablado con Fino Onoyarte sobre este álbum debut “Sueños y Tormentas” y sus próximos planes.
LA ENTREVISTA
Nos gusta mucho el sonido de Fino Oyonarte en tu primer trabajo en solitario, titulado “Sueños y tormentas” (2018), Tu música parece tener influencia muy variada que va desde los sonidos como la música de autor, hasta el folk y pasando por el rock melódico y el pop sesentero, etc., … aunque pueden encontrarse aún más guiños a otros estilos como la psicodelia, la música clásica, el blues y el jazz, … ¿Qué ha motivado este sonido en Fino Oyonarte? ¿Cuáles son o han sido tus influencias más directas a la hora de hacer música?
Siempre he sido muy abierto a diferentes estilos musicales desde el rock, folk, blues, psicodelia, punk incluso escuchaba jazz de adolescente cuando iba a estudiar a casa de un amigo con 14 años, sus hermanos mayores solían escuchar bastante jazz. Ahí descubrí a Thelonious Monk, John Coltrane, Charles Mingus… y la música clásica ha estado presente de alguna manera ya que mis dos hermanas se dedican a ella. Pero siempre he tenido una tendencia al pop rock más alternativo influido por sonidos más viscerales como The Velvet Underground y grupos que siguieron su estela como The Feelies, Yo La Tengo, Luna…pero cuando empecé a grabar las maquetas que acabaron formando parte de «Sueños y tormentas» me basé en un sonido más orgánico y acústico, como los discos de finales de los 60 o principio de los 70. Estos dos o tres últimos años recuperé discos de Nick Drake, Nico, Dylan, Kevin Ayers, Beatles o más contemporáneos como de Elliott Smith.
En este primer disco, “Sueños y tormentas” ofreces una propuesta musical melancólica, algo obtusa, pero evocador y preciosista, un sonido poco habitual en los últimos tiempos. El trabajo parece nacer bajo un halo de ganas de gustar y llegar muy alto ¿Qué expectativas has puesto en él? ¿Dónde quieres llegar con este trabajo?
Quería hacer un disco como los que siempre me han gustado y emocionado, canciones que me lleguen al corazón. Actualmente hay muchas herramientas y posibilidades sónicas para expresar tu música pero sinceramente creo que casi todos los discos suenan muy parecidos o por lo menos a mí no me atraen, hay demasiado ruido alrededor y poca sustancia. Tenía la necesidad de escribir estas canciones y estoy muy contento de haberlo logrado. Creo que es un disco que no pasará desapercibido, que se irá descubriendo poco a poco y tengo la certeza de haber abierto un nuevo camino en mi devenir artístico que tendrá continuidad. Me gustaría que este disco se apreciara, que llegara a la gente tal cual, que haga sentir emociones. ¿Expectativas? Muchas, de momento tocar en directo y que se puedan apreciar las canciones tanto en su versión más acústica, con trío de cuerda o con banda e incluso algún día con una orquesta.
¿Qué te inspira a la hora de componer tus temas?
Decía Roberto Bolaño que en la melancolía puedes crear belleza y para mí es una fuente de inspiración, y de atracción. Me inspira el descubrir que hay melodías, ritmos, pasajes musicales que te hacen sentir ciertas emociones, que van a hacer tu vida más llevadera, que voy a encontrar pequeños momentos de felicidad, sea escuchando canciones ajenas o creando nuevas. También la necesidad de aprender, de evolucionar y de expresarme de una manera personal. Tratar de transmitir de forma directa lo que hay en mi corazón, que decía Rajmáninov. En este disco he tenido la necesidad de calmar mi sufrimiento, como una forma de redención. Un viaje introspectivo inspirado en el paso del tiempo, el amor, las segundas oportunidades, el agradecimiento, la pérdida, el sentirme afortunado, la búsqueda interior.
¿Por qué has titulado “Sueños y tormentas” a este primer álbum?
Los sueños, deseos, proyectos o como quieras llamarlos y la ilusión por hacerlos realidad, son un motor en mi vida. Por otro lado, el hacer realidad todos esos sueños o lo que te propones te puede acarrear sufrimiento y complicaciones. Además, es una reflexión sobre mi vida y lo que siento. Una mirada directa al interior. Trata sobre los opuestos, algo que se repite a lo largo de las canciones; la cara y cruz de la moneda, el bien y el mal.
¿Cuáles son los planes de Fino Oyonarte para este 2018 y primeros del 2019? Suponemos que girar por salas y festivales, ¿pero algo que puedas adelantarnos? ¿Eventos importantes?
De momento estoy acabando la primera parte de la gira y tengo algunos conciertos previstos para diciembre en formato de trío de cuerda. A principios de año editaré un single que ya está grabado, y a partir de febrero empezaré a tocar de nuevo y a lo largo de 2019 con las diferentes formaciones que me pueda permitir. Tengo muchas ganas de tocar estas canciones en directo y por ahora está teniendo muy buena acogida. Además, en diciembre quedaremos Los Enemigos para trabajar canciones nuevas.
¿Creéis que el mundo digital va a acabar con el mundo de la música tal y como lo conocemos hoy? ¿Cuál es el futuro del músico?
El mundo digital te abre un campo muy potente de exposición y contacto directo con el usuario o consumidor tanto de música como de diferentes disciplinas artísticas y lógicamente estamos empezando y adaptándonos a todo esto. No va a acabar con el mundo de la música, lo va a expandir, pero al haber tanta oferta no todos van a mantener una carrera por decir así a medio o largo plazo. Lo difícil es saber elegir y poder disfrutar de ello, no porque haya más es mejor. Esto puede convertirse en un desierto de ruido y encontrar un oasis puede ser difícil. Creo que la música en directo siempre va a existir, pero no hay público para tantas propuestas. Yo vengo de tocar en directo desde 1986 y ahora está todo muy complicado. La burbuja de los festivales por un lado donde unos pocos cobran un pastón y la mayoría tocan por casi nada, o por la “visibilidad”, está dificultando a muchos y ayudando a unos pocos. Tienes que invertir en tu propio proyecto y con
mucha suerte y trabajo, hacerlo rentable. Hasta muchas salas te cobran por tocar y si no metes un mínimo vuelves con pérdidas a casa. ¡Ya lo que faltaba: pagar por tocar! El futuro es complicado, pero supongo que debes conseguir un mínimo de seguidores para dedicarte a esto exclusivamente, o tener un trabajo y que la música sea un complemento como le pasa a muchos compañeros músicos – que curiosamente hacen los mejores discos. Al final, aunque no quiero generalizar, la mediocridad se lleva la mejor tajada. Me pregunto cómo en la televisión pública se promocionan de una forma tan descarada esos futuros nuevos cantantes, como por ejemplo en Operación Triunfo. Si cualquier grupo interesante tuviera acceso a ese tipo de promoción llenarían también en sus conciertos… pero esto ya es para un debate.
Viendo el panorama del fin de semana en cada ciudad, con una grandísima oferta de conciertos, ¿es cierto que parece que hay una nueva era dorada de los directos?
Es bueno que haya tanta oferta de conciertos, pero la otra cara de la moneda es que no todos funcionan bien. No hay público para todos esos conciertos, sobre todo en ciudades más pequeñas. Cuando estuve viviendo en Nueva York flipaba porque había 20 conciertos diarios de diferentes estilos y a casi todos los que iba estaban llenos. Eso aquí no sucede. Tiene que haber una cultura de salir a ver conciertos como algo habitual. No solo que vayan los músicos o gente relacionada con el ámbito cultural.
¿Cuál ha sido tu mejor momento/recuerdo en la música?
Es difícil elegir uno. Citaré tres: cuando nos separamos Los Enemigos en el 2002 con tres conciertos en la Riviera de Madrid: fue muy emocionante. Las sesiones de Grabación con César Verdú de «Sueños y Tormentas», y el concierto de Elliott Smith en Town Hall en Nueva York el 22 de febrero del 2000. Un concierto inolvidable. Él solo con la guitarra acústica. Mientras tocaba, un silencio sepulcral, pero cada vez que terminaba una canción, las ovaciones eran… ¡una cosa exagerada! Y él parecía que se iba a romper en cualquier momento, pero a la vez transmitía muchísima fuerza.
¿Cómo es un día normal en la vida de Fino Oyonarte?
Por lo general me levanto, escribo un poco, salgo a caminar y hacer un poco de ejercicio, ducha, desayuno y me pongo a trabajar: escribir y contestar mails, responder entrevista como hoy, ir a compra, tocar un poco. Suelo comer en casa y después sigo trabajando tocando, preparando el repertorio o haciendo alguna canción nueva. Por la noche, leo, veo alguna película o voy a algún concierto… aunque ahora menos.
¿Tienes alguna opinión de la actual situación económica y social de España y del mundo en general, que quieras compartir con nosotros?
Espero que haya gente inteligente en el gobierno actual para poder avanzar en políticas más sociales y que podamos ir hacia un mundo mejor y más solidario. Las cosas pequeñas que se puedan hacer son importantes, pero también las grandes decisiones que afectan a muchas personas, con políticas que cuiden el medio ambiente y con el diálogo como base para solucionar cualquier tipo de problema, sea el que sea. Hemos estado rodeados de gente muy incompetente y seguramente muchos los seguirán siendo, pero no pierdo la esperanza de que haya gente buena en este mundo. El mal esta por todas partes y el abuso descarado por parte del poder, sobre todo económico, no tiene fin y además actualmente están surgiendo corrientes y movimientos ultraderechistas. Hay que confiar y combatirlo con acción y propuestas bellas. Lo que más admiramos del pasado es la cultura, la literatura, la pintura, arquitectura…
MISCELÁNEA
¿Podrías recomendarnos…
…un libro?:
“Éramos unos niños” de Patty Smith
…una película?:
“Los 7 samuráis” de Akira Kurosawa
…una canción?:
‘Simulacro’ de Rafael Berrio
…un álbum?:
“Either/Or” de Elliott Smith
…un grupo o solista?:
Daga Voladora
…una afición?:
Las acuarelas
…cordero, cochinillo o sopa castellana? (es que somos de Segovia :-):
No es muy cardio-saludable pero un cordero o cochinillo al año no hace daño.