(c) La foto es de Paula Santacruz
Kamikaze Helmets editan su disco homónimo, formación madrileña de rock sin guitarras integrada por dos de los más reputados y solicitados músicos de la escena rock, blues y funk del país: Gabri Casanova y Kike Parra
Gabri Casanova y Kike Parra, aka Kamikaze Helmets, vienen a por todas. Ambos no son nuevos en esto de la música, ni mucho menos. Tras coincidir en varias bandas punteras de la escena rock y funk estatal (Anaut, Lisa & The Lips, Aurora & The Betrayers), se dieron cuenta de que había una química musical especial entre los dos y decidieron crear este proyecto juntos. “El día en el que nos juntamos para probar nos dimos cuenta que fluía con naturalidad.”, afirman. “Todo empezó antes de la pandemia, íbamos a publicar el primer single pero todo se truncó, aunque seguimos trabajando y aprovechando el parón con otras bandas”.
Y así se gestó ‘Kamikaze Helmets’ (Kamikaze Records). “Este disco es una vuelta de tuerca a los estilos que llevamos tocando toda la vida, es un cocktail musical, un trabajo de investigación para ir un paso más allá. A pesar de las influencias que tenemos, no buscamos sonar como nadie en concreto ni ceñirnos a un estilo de rock determinado, tratamos que las ideas y la inspiración fluyan llevándonos a terrenos inesperados”. La grabación de las baterías y las voces se llevó a cabo en los extintos estudios Funkameba, por Santi Martín, especialista en grabación en cinta analógica, dando ese color añejo que hace que suene ‘caliente y real’. Los Clavinets, Moogs y Prophets se grabaron en el propio estudio de Gabri Casanova.
Si algo destaca en Kamikaze Helmets es lo inusual de su formación: dos miembros enfrentándose a la potencia sónica de toda una banda, creando una riqueza armónica, melódica, rítmica y tímbrica fuera de lo común gracias a la polivalencia de sus integrantes y los instrumentos que utilizan. ¡¡Una completa locura, una banda de Rock sin guitarras eléctricas!!
El Whammy Clavinet de los setenta de Gabri Casanova, modificado con los efectos de fuzz, octavador y overdrive más salvajes, se convierte en un muro de sonido infranqueable con un sonido único y muy característico con el que cualquier guitarra eléctrica a su lado se quedaría endeble e insulsa. Ocurre también con su Moog Model D que, haciendo la función de bajo y dando las frecuencias más graves, sería el sueño de cualquier bajista que quiera llegar a tesituras insospechadas y hacer que retumbe en el pecho de las personas que se le pongan delante. A su vez, Kike Parra, baterista y cantante, con unas de las voces más potentes de la escena y una forma de tocar la batería única, cargada de energía y precisión, es el tándem perfecto para que la banda suene como un auténtico Yokosuka MXY-7. Todo esto sumado a la emotividad y el poderío de las melodías y letras de Kike, hace que sea un viaje sin retorno al más allá. Estas letras tratan diferentes temas que van desde la nostalgia por la pérdida de una persona, la lucha por la supervivencia o la forma de actuar de un Kamikaze, comparándolo con la sociedad en la que vivimos. “Cada canción es una obra única y escuchando el disco, os daréis cuenta de qué influencias beben nuestras canciones, a veces dispares pero sin duda conectadas por un sonido y una fórmula kamikaze.”
Kamikaze Helmets os esperan en los primeros conciertos de presentación del disco en Madrid (4 de noviembre en la sala Caracol) y Valencia (3 de diciembre en la sala 16 Toneladas)
Nuestro compañero Josechu Egido ha hablado con Gabri Casanovas del disco homónimo de Kamikaze Helmets, de cómo se forjó la banda, de sus poderosos directos, de la pandemia y de sus planes de futuro. Esta es la entrevista completa para «La Consulta del Dr. Escarabajo».